junio 22, 2021

😏🔥 DESPIERTA el deseo

¿QUÉ TIPO DE DESEO SEXUAL TIENES EN TU RELACIÓN?

No nos engañemos, la convivencia reduce la pasión, hace que percibamos la exquisita compañía como algo seguro, y priorizamos otras tareas más triviales. Incluso cuando no existe ningún compromiso, el cansancio acumulado por la sobre excitación de nuestro sistema parasimpático aplaca la posibilidad de darnos un momento de encuentro.

¿Recuerdas la primera vez que compartiste intimidad con la persona que ahora convives? Probablemente en ese entonces todo era una novedad, tus sentidos estaban a flor de piel, y el deseo estaba presente en cada sutil acto que compartíais.

Hoy sin embargo, en lugar de despertarte pensando en hacer el amor, estás pensando en hacer café, y eso es algo normal.

El preámbulo de los párrafos anteriores tal vez te haya llevado a pensar que existen dos tipos de deseo sexual, y sí, así es, estás en lo correcto.

El deseo espontáneo es ese sentimiento de "no puedo esperar a arrancarte la ropa". Cuando empezaban a salir, un beso de buenas noches era suficiente para enviar deseo y excitación a través del cuerpo y la mente, ¿no es así? Sus lenguas se tocaron, y ¡boom!, los relámpagos bioquímicos chocaron con el anhelo psicológico para crear una tormenta de pasión instantánea.

Estoy seguro de que esos momentos forman parte de tus recuerdos de oro de vuestra relación 😉

Escribí “empezaban” —tiempo pasado— porque, según diferentes investigaciones, la gran mayoría de las parejas pierden el deseo espontáneo con el tiempo (como ya te comenté es algo normal). Es como que tu jefe te pagara un 50% más por hacer el mismo trabajo que estabas haciendo antes, poder, puede pasar, pero es extremadamente raro, y cuando pasa no debes perder la oportunidad.

El gran deseo olvidado, que es aquel que tenemos que incentivar en una relación duradera, es el deseo receptivo. Ahora bien, ¿qué significa receptivo? Significa que ocurre en respuesta a otra cosa. Es decir, tu jefe te va a pagar un 50% más, pero porque más a entregar más valor a la compañía.

Voy a bajar un ejemplo a tierra. ¿Puedes imaginarte un domingo de relajación después de una  semana de infarto? Ese día pongamos que te despiertas, te estires, y pienses en revisar las redes sociales mientras tomas un café. Ninguno de los dos está pensando en sexo ni se siente excitado. En otras palabras, no hay deseo espontáneo.

Sin embargo, ¿qué puede pasar si uno de ustedes dice: "Oye ¿qué tal si hacemos el amor?"

Eso sería aprovechar el potencial del deseo receptivo. Aunque no estés de humor, eliges estar abierto a explorar. Quizás comiences con un abrazo desnudo. Se acarician y mordisquean el cuello. Tal vez busques en el cajón de la cabecera un poco de aceite de masaje para rociar y acariciar. Mientras juegas, tu cuerpo y tu mente comienzan a prestar atención y a responder. Tú creas conscientemente el deseo al actuar.

¿Has sentido que la pasión se acabó entre vosotros porque ya no había deseo espontáneo? Si es así, anímate. No estás roto o con la persona equivocada. Ahora que comprendes el deseo receptivo, puedes optar por hacer que tu vida sexual sea más consciente e intencional.

Uno de los muchos aspectos hermosos del amor a largo plazo es aprender nuevas formas de explorar juntos la danza del erotismo. No esperes a la pasión. Elige convertirte en la pasión personificada.

Quiero desafiarte a crear circunstancias a lo largo del día que fomenten el deseo. Envía una nota de lujuria a tu pareja. Abraza más a menudo. Bromear un poco. Sé amable, y luego vayan a la cama juntos un poco más temprano esta noche, o permanezcan en la cama un poco más mañana por la mañana. Después de todo, el café puede esperar.

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