La historia de un terapeuta de parejas
Probablemente te preguntes quién es Chava Gutiérrez, o cuál es mi historia para haberme especializado en la terapia de pareja, así que este apartado está dedicado para aquellas personas que quieren saber un poco más de mí.

Chava Gutiérrez
Eterno aprendiz, terapeuta y conferenciante.
Mi propósito es promulgar y democratizar la ciencia detrás de las relaciones de pareja, para que la gente sea más feliz, y sufra menos con las separaciones.
Sevillano de cuna, enamorado de la cultura mexicana, lector empedernido y guionista de mi destino.
la universidad
Una caída tras otra...
Tengo que admitirte que en mi infancia, mi adolescencia, y parte de mi vida adulta, no me sentí, ni de cerca, un experto en las relaciones…
Me sentía de hecho muy identificado con Will Smith en la película Hitch, donde decía algo así como: “Algunas personas nacen sintiéndose cómodos con las relaciones." En la universidad yo no era uno de ellos, yo no tenía la comprensión que mis compañeros desarrollaron por intuición, pero al igual que cualquier alumno que empieza tarde, estaba ansioso por recuperar el tiempo perdido.
¿Os imagináis el resultado verdad? Seguramente ya lo has adivinado, una caída tras otra, cada una de ellas aún más estrepitosa, y al mismo tiempo cada una también fue una gran enseñanza, que a larga, se han convertido en grandes bendiciones, porque me han llevado a ser quien soy hoy en día.

Mi primer noviazgo
Desarrollando miedos
Después de un primer noviazgo un tanto turbulento. Desarrollé miedo al abandono, y decidí no involucrarme emocionalmente, miedo al compromiso hasta que conocí a una persona que me transmitió simplicidad, dulzura, transparencia, honestidad, y mucho paciencia para derrumbar todas barreras, y decidir hacerme el hombre más feliz cuando nos casamos en 2018, donde al igual que todas las personas que se casan, disfrute de una gran inyección de adrenalina, serotonina, oxitocina, dopamina, y vasopresina que son las hormonas que conforman la fórmula del amor.
Las estadísticas
El enamoramiento
Había leído que el enamoramiento es una palabra que si la fragmentamos nos dice exactamente su significado “En amor (a) miento” ¿Por qué? Porque es un proceso químico que nos hace vender la mejor parte de nosotros mismo, y de querer ver lo mejor de la otra persona, mentimos, y nos auto mentimos por igual.
Todo esto no tendría mayor repercusión sino fuera porque el enamoramiento dura de media unos dos años, que es el tiempo promedio que tarda una pareja en pasar por el altar.
¿El resultado? Una tasa de divorcio de casi un 50%, y una sociedad donde cada vez existen más separaciones y menos casamientos, y yo tenía claro que no quería formar parte de esas estadísticas.

La luna de miel
Mi mayor deseo
Mi mayor deseo era, es y será tener una buena familia y mi mayor miedo no disfrutar de ella, así ya sea por un motivo o por otro, a base de insistencia conseguí convencer a mi esposa para que en la luna de miel a parte de llevarla a conocer Grecia (se llama también Grecia y me pareció romántico que lo conociese por primera vez conmigo), recorrer Italia, y visitar España, también acudiésemos a un curso de relaciones de parejas.
¡Fue un acierto! Lo pasamos muy bien, conectamos un montón, y nos conocimos aun más.
Lo malo vino cuando volvimos de la luna de miel y nos cambiamos de país...
Tuve que pasar un proceso migratorio para el que no estaba preparado, las promesas laborales que me habían realizado habían caído en saco roto, la ansiedad había encontrado en la comida un aliado por el que había engordado 15 kilos, apenas tenía amigos, y poco a poco me fui sumergiendo en una depresión, que me hizo estar mal en mi relación porque en realidad no existen los problemas de pareja, sino los problemas personales no resueltos que afectan a la pareja.
No sabía como salir de esta situación, así que me apalanque en las dos herramientas básicas que me han ayudado a salir de apuros en cualquier situación en mi vida, el deporte y la formación.

la psicóloga
La segunda ley de Newton
Cuando analizaba mi matrimonio tenía muy claro la segunda ley de Newton en mi mente “la aceleración de un objeto es directamente proporcional a la suma de todas las fuerzas que actúan sobre él, e inversamente proporcional a la masa del objeto”. Dicho de otra forma "la campana no va a misa, pero avisa", y lo que no va a mejor, va a peor, por pura ley de la inercia.
¿Cómo apliqué esto en mi matrimonio? Contratando a una psicóloga de pareja mexicana casada con un español para que nos ayudará a resolver los problemas de pareja que teníamos pendientes por resolver, y acudiendo a más de seis cursos matrimoniales que nos fuimos encontrando por el camino.
Después de casi dos años con varias sesiones semanales, y varios cursos aprendimos a empatizar mucho más, a tener mejor escucha activa, a tener más consciencia, y más cosas que probablemente me deje por el camino, pero seguíamos sin resolver esos puntos importantes que nos causaban fricción.
Era como si tuviésemos que hacer un esfuerzo titánico para avanzar apenas unos centímetros.
Dando el gran salto
Terapeuta de parejas
Cuando platicaba esa reflexión con un buen amigo mío me sacó a relucir la famosa frase de Einstein de “locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar obtener diferentes resultados”
¿Qué me faltaba por hacer?
Desde mi punto de vista había hecho lo que podía y todo lo que sabía que podía hacer, así que no tenía más remedio que aprender más y mejor para poder hacer más y mejor. No había tenido la capacidad y el conocimiento para hacerlo, entonces se me ocurrió, si no tenía la inteligencia para saber cómo, iba a leer todos los estudios y libros que se pudiesen sobre el tema de las relaciones, y de una tacada me compré 30 libros en un arrebato de entrega e ilusión.
En el doceavo libro empecé a tener una opinión más formado, y entré en contacto con John Gottmman y el instituto Gottman, donde tengo el placer de ser el primer terapeuta español formado en el único laboratorio del amor que lleva más de cuatro décadas estudiando a más de tres mil parejas, y encontrando los patrones de comportamiento que funcionan y que no funcionan.
Hoy puedo decir que gracias a esa experiencia difícil que me regaló la vida he podido cultivar la relación que mi esposa y yo nos merecemos y trabajamos por tener todos los días, y he ayudado a decenas de pareja y personas a sanar, y tener mejores relaciones.
Todas las semanas sigo aprendiendo todo lo que tiene que ver con las relaciones para poder ofrecer el mejor resultado en el menor tiempo posible ¿te sumas a tener una vida más consciente conmigo?
Las personas no hacen lo que pueden, hacen lo que pueden con lo que saben, cuando cambian lo que saben, transforman su poder y sus resultados.
