abril 11, 2024

✒️La Segunda LEY del PEDO

Conociendo la Segunda LEY DEL PEDO: (Avance exclusivo de mi libro)

Un pedo, un problema, todo parte ahí, desde una situación o circunstancia que genera un problema en la pareja. En México le llaman «pedo», no sé si te lo dije, pero mi esposa es mexicana y yo amo ese país y su cultura. Es por eso que me refiero a los problemas como «pedo», y aquí te cuento algo que descubrí/elaboré en el transcurso de mi carrera… (si aún no has leído la primera ley del pedo te invito a que primero le eches un vistazo para tener un contexto mas amplio)

SEGUNDA LEY DEL PEDO:

En cierta ocasión llegó a mi consultorio una pareja singular. Ella era una mujer de cuarenta años, esbelta, segura de sí misma y de una apariencia física suficientemente cuidada como para que no se notaran los diez años de diferencia que tenía con su pareja. Él también era un chico apuesto, aunque dejaba ver, entre diferentes ademanes, una inseguridad propia de quien le quedan muchas aventuras por vivir. Vamos a llamarlos Carlos y Roberta para mantener el anonimato.

Vinieron a mí por un conflicto que iba «in crescendo» y que llevaban más de un año sin resolver. Tengo que admitir que, al ver a una pareja tan exótica, sentí la curiosidad propia del conserje de una comunidad de vecinos y me acomodé en el sillón con la única intención de comprender la historia que estaba a punto de escuchar.

Ambos estaban recién llegados a Estados Unidos. Se conocieron trabajando en un hotel de la Gran Manzana. Sus inconscientes no tardaron en reconocerse y conectaron rápidamente. Roberta llegó escapando de un matrimonio donde existía violencia de género; Carlos fue a buscar fortuna al país de los sueños, para continuar con su historia de vida, proveer y atender a su madre, que lo necesitaba para que cuidase de ella, porque había tenido distintas dificultades a lo largo de su vida y de la que él siempre se había hecho cargo. Eran la pareja perfecta, Superman y la damisela en apuros.

Los primeros meses, entre los dos, se caracterizaban por ser como los cuentos de magia: mucha conexión, pocos problemas y una extraordinaria pasión. Sin embargo, todos los cuentos de magia terminan, y la diferencia que hay, es que los cuentos terminan un final feliz, y en la vida real, después del final feliz es cuando comienza la parte interesante de la película.

Roberta tenía un hijo al cual atender y le entraron urgencias económicas, y se focalizo principalmente en cómo hacer más dinero, y termino encontrando un trabajo como camarera en un local de striptease donde le pagaban mucho mejor que en ningún hotel. Como no quería tener ningún problema, fue muy comunicativa con Carlos, le presentó a su jefe y le expuso la situación que tenía para aceptar ese trabajo. Aunque a él no le agradó la idea, entendía la motivación de su iniciativa y no puso ninguna objeción.

Con el pago de los cheques, las suculentas propinas y el entendimiento del negocio, Roberta se fue familiarizando cada vez más con la dinámica del local. No le parecía tan malo, a su parecer las chicas americanas apenas sabían moverse y ganaban tres veces más que ella. ¿Qué tan malo podía ser subirse a una tarima? Carlos fue el primero que supo la decisión que había tomado al respecto y accedió de la misma forma que accedía a todo lo que le pedía su madre para ser un buen hijo y darle el soporte que ella necesitaba. Por dentro, el coraje le consumía e hizo lo mejor que sabía hacer: bloquear ese sentimiento tratando de no pensar en el motivo de su amargura.

No pasó mucho tiempo para que los efectos del trabajo de Roberta se hicieran notar. Se levantaba más tarde porque trabajaba por la noche, lo que hacía que conviviera menos con Carlos. Volvía a casa con purpurina y olores aromáticos que despertaban mil incógnitas sin resolver en el pensamiento de Carlos.
 
Con el paso del tiempo, empezaron a llegar flores a casa de ciertos admiradores mientras traía cada vez más dinero. La incertidumbre y malestar que experimentaba su pareja empezaba a ser evidente. Así que empezó a realizar solicitudes de cómo podían encontrar una fuente económica diferente a la del club de streptease.

Posteriormente comenzó a realizar crítica para sacar el malestar que tenía por dentro y no sabía como procesar y comunicar. Después, llegaron los reclamos, y al final explotaron grande discusiones porque el no supo autocuidarse, comunicar cuales eran sus límites, o aceptar la situación con la que convivía. Evitar una conversación difícil no evita el problema, sino que lo potencia con el paso del tiempo.

Roberta, al ver los celos que tenía su pareja, reivindicaba el punto que le había hecho tomar esa decisión con preguntar que hacían aun más daño al amor propio de Carlos ¿Hay algo qué nos de más dinero? Al hacer esa pregunta callaba su protesta, pero le echaba leña a su malestar, y cultivaba un resentimiento que fue creciendo con el tiempo.

Roberta amaba a Carlos y idealizaba la relación, porque su hijo lo consideraba su padre, tenían una muy buena vida íntima y habían tenido una relación extraordinaria el primer año que habían estado juntos. Ella amaba las cosas tal y como estaban porque se sentía feliz , pero no se daba cuenta del impacto que tenía ese estilo de vida en Carlos.

Estando en un zoom con los dos tuvimos una dinámica interesante:

¿Roberta amas a Carlos?
⦁Con todo mi corazón (respondió inmediatamente)
¿Carlos tu te sientes amado por Roberta?
⦁La verdad es que no
¿Por qué? (pregunte aún sabiendo cual iba a ser la respuesta)
⦁Porque lo que es importante para mi parece que no es importante para ella.

Carlos no se sentía amado por Roberta porque le estaba solicitando a ella que le diese lo que el no se daba a si mismo, respeto y reconocimiento. En esa relación había dos personas que no estaban queriéndolo sanamente, Roberta, y él. Lo cual generaba que actuase aún más a la defensiva, y empeorase el problema al anclar una postura pasiva ante la vida, donde se sentía agredido día a día, pero no se sentía capaz de hacer nada. Eso, es resignación.
La única manera de hacer sustentable una relación sana a lo largo del tiempo es consiguiendo que el proceso sea amable para los dos. Si uno de los dos no esta bien, en el largo plazo, ninguno de los dos, va a estar bien.

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