¿Te ATRAEN personas que no están emocionalmente DISPONIBLES?
Anteriormente ya hemos hablado sobre los lenguajes del amor y como construir una cultura de admiración y cariño supone un antes y un después en la vida de una pareja, este es el caso de Rocío que le encontró sentido a todo lo que estaba pasando en su matrimonio, y porque se sentía tan desconectada.
Seis meses más tarde me pidió una sesión individual porque Emmanuel estaba mucho tiempo trabajando y no quería seguir culpándolo de lo que estaba pasando, quería ser parte de la solución pero no sabía cómo.
Quince minutos después de entrar en el zoom en el que teníamos las sesiones, y actualizarme de las cosas que habían pasado como si estuviésemos en un evento social, desplomo su agitada cabellera sobre su mano, resoplo y dijo “Me genera mucho desgaste la situación y no sé qué hacer”.
¿Cuáles son tus expectativas viniendo conmigo? ¿Qué te gustaría conseguir? Le respondí para estar seguro de la dinámica más útil a utilizar.
La última vez que hablamos me dijiste que la pareja que tenemos es el reflejo de la enseñanza emocional que tenemos que trabajar, y que cuando una persona mira adentro, en vez de afuera, esta medio camino más cerca de acercarse a la solución.. Me comento con un aire de curiosidad en su tono, y cierta aceptación sobre los problemas que tenían los dos.
¿Eso dije? Contesté tratando de recordar las muchas conversaciones que habíamos tenido mientras miraba los apuntes que tenía apuntados en el papel.
¿De qué manera yo puede ser responsable de que mi pareja no se sienta emocionalmente responsable para mí? Me pregunto con cierto tono de frustración. (estaba negociando esa postura consigo mismo, porque a pesar de que le parecía racional, la frustración no le dejaba aceptarlo totalmente).
¿Te has sentido atraída por personas que están emocionalmente no disponible en el pasado? ¿O fue la primera vez qué te paso? ¿Acostumbrabas por casualidad a alejarte de las persona que estaban disponibles emocionalmente? Desvió la mirada hacia arriba tres segundos, y luego esbozo una sonrisa cómplice al darse cuenta del patrón que estaba realizando, y con una voz más desenfadada me dijo “así es”.
¿Y los culpabas a ellos de no estar ahí para ti de la manera en la que necesitabas? ¿Por casualidad no sería ese el mismo mensaje que les reclamas a tus padres? Seguí preguntando aprovechando esa ola de Eureka que no quería dejar pasar.
¿Pero eso significa que tengo tendencias autodestructivas a la hora de buscar relaciones o que yo misma genero estás dinámicas? Me preguntó buscando la respuesta que le permitiese comprender que le ocurría.
Me gusto tanto su pregunta que sonreí con orgullo, y le respondí: las dos cosas, porque se retroalimentan la una y la otra.
Querido lector (a) si estas leyendo estas líneas, es porque tienes la capacidad de ver las cosas de manera diferente a como las has visto hasta ahora, y asumir la responsabilidad del cambio para generar resultados distintos a los que has tenido hasta ahora, por lo que me gustaría que te preguntases durante la lectura la siguiente frase ¿Qué tanto de esto tengo yo en mi vida? Existe una tendencia crónica a sabotear la intimidad emocional de varias maneras, y quiero explorar esos mecanismos inconscientes hoy contigo.
Tal vez te estes preguntando ¿Cómo se puede sabotear la intimidad emocional? Todo el mundo sabe que el sentimiento de conexión es increíble cuando estas con una persona con la que te entiendes y generas una sinergia, algo que ocurre al principio de toda relación, con la ayuda de la intimidad física, que también mueve montañas de emoción y conexión.
Con el paso del tiempo, el miedo al dolor se hace presente, y el inconsciente se pregunta.. ¿Quién necesita un corazón cuando el corazón se puede romper? Y se sincronizan los mecanismos de auto sabotaje que alejan de esa conexión que tanto se desea, y al mismo tiempo, dan tanto miedo.
Lo sé, lo sé, seguramente te estas preguntando “¿Cuáles son esos comportamientos de desconexión que estoy haciendo?”
Trabajar demasiado, criticar, interrumpir, auto-excluirse, beber, ahorrarte tu opinión, asumir demasiada responsabilidad, mentir, guardar secretos, enfocarte en los problemas, o contener tu afecto ¿No es algo que tiene todo el mundo de alguna manera u otra? Detrás de estos comportamientos de desconexión hay creencias profundamente arraigadas sobre ti de las que a lo mejor, no eres del todo consciente.
“Todo lo que una persona es, reside en la maraña enmarañada de sus neuronas entrelazadas por la sinapsis del amor y la ruptura de la sintonía”.
Esta frase pertenece a los autores de “Una teoría general del amor”, los cuales explican que un niño que conoció y amó a un padre engañoso, egoísta o celoso no suele aprender a amar de manera diferente a los veinte, cuarenta o sesenta años, a menos, que estes leyendo estas líneas y estes realizando el viaje emocional y de introspección que pocas personas tienen la valentía de desarrollar.
Existen razones “lógicas” por las que te alejas de los demás : Si te acercas a alguien, corres el riesgo de perderte a ti misma, a tu libertad, o a tu individualidad.
La intimidad significa revelar tu verdadero yo, y a nadie le gusta esa parte de ti, porque nadie te acepto por ser quien eras anteriormente, y bajo esa creencia inconsciente has construido muros de defensa ante el amor tóxico que recibiste, y al que ahora temes encontrar de nuevo.
Existen dos maneras en las que puedes auto sabotear el amor: la intimidad distante y la intimidad constante. Te lo explico a continuación:
La intimidad distante:
Esta estrategia inconsciente es con la que he pecado gran parte de mi vida. Esto ocurre cuando la distancia es una forma de sabotear la intimidad, las personas que se jactan de su independencia en las relaciones utilizan la distante para proteger su corazón.
En mí caso particular, al igual que en el de mucho otros, esta estrategia de regulación emocional inconsciente es un escudo contra el rechazo, el abuso o el control en una relación, sentimientos que se experimenta con la familia de origen, y que generan mecanismos de defensa.
Ser emocionalmente distante permite sentirte menos vulnerable y aparentemente, más fuerte.
A lo largo de mucho tiempo, no me permití inconscientemente invertir en mis relaciones, y me enfocaba más en el ámbito profesional, para así poder mantener esa falsa sensación de seguridad a un precio muy alto. No sentir la conexión y cercanía que he anhelado todo mi vida.
Te voy a contar algo de lo que no me siento orgulloso, la intimidad a distancia no me ha llenado porque hay menos emoción, menos pasión y menos conexión. Creía que me protegía de ciertos “monstruos” del pasado, pero esas fantasmas hace tiempo que se fueron, y deje que siguieran existiendo en mi mente. La triste verdad es que quien nada arriesga, nada gana, y no fui plenamente consciente de mi nueva realidad, hasta que no cambie mi mapa mental.
He tenido la bendición de que mi esposa, Grecia inicio una amistad conmigo durante seis meses por medio de redes sociales, y por eso consiguió lo que nunca antes había conseguido ninguna persona, que no iniciase mis barreras de auto sabotaje automáticamente. Una vez que ya tenía la confianza se puso a remodelar “los barrotes y las paredes de la prisión de mis patrones, en un lugar seguro donde mi corazón pudiese estar en suficiente calma como para no sentir peligro”.
Ella estudió Diseño de Interiores y al final lo que termino remodelando fue mi corazón. No quiero engañarte, hubo momento en los que sentí miedo al permanecer durante tanto tiempo en una relación donde no existían los mecanismos de abuso que había vivido en la infancia. Así que hice lo que recomiendo a todas las personas que llegan a mi consulta que hagan, abrazar el tsunami de miedo para frenar las ganas de querer alejarse.
Focalización en lo negativo:
La misma semana que vino Rocío vino a verme Aitana con una situación similar, pero con un enfoque completamente diferente a sesión por zoom, se presento con la tranquilidad que ofrece la resignación, y sin la necesidad de regalar quince minutos de actualización como si hizo Rocío, nada más empezar la sesión me empezar a describir aquello que le hacía fantasear con
lanzar a su esposo por la ventana.
Me sentía con ganas de jugar, así que le decidí pincharle directamente en el punto de dolor en vez de darle tantas vueltas ¿Hay alguna posibilidad de que te estes protegiendo “observando” todos los defectos de tú pareja? ¿Por qué me querría estar protegiendo de esa manera? Me preguntó inmediatamente para no sentirse vulnerable ante la posibilidad de que no cambie, o asumir sin tanto duelo una potencial separación, respondí yo: Estas dañando la percepción de tu compañero de vida, y de la relación al zambullirte de cabeza en lo negativo por encima de lo positivo. Esta es una forma inconsciente de priorizar la
observación de los aspectos negativos, incluso en las acciones positivas de tu pareja. Este comportamiento es un signo inequívoco del desarrollo de lo que llamo, mentalidad de separación.
¿Y cómo se si es ese mi caso?
Un signo de mentalidad de separación es la tendencia a ver los comentarios inofensivos o neutrales como negativos. Si Miguel, te dice que quiere irse de vacaciones contigo y tú te quejas de la poca actividad que hacéis juntos, significa que estas más enfocada en ver el problema que la solución.
Me estoy protegiendo, es la verdad, no quiero exponerme o involucrarme de la manera en lo que lo hice antes. ¿Y estás buscando hacerle pagar por todo lo que paso antes o vivir con más calma y plenitud tu vida? Es una bomba emocional en cuenta regresiva.
¿Crees que esta situación pueda ser sostenible en el largo plazo?
No, a lo mejor es porque ya no quiero estar con él y es mi manera de decírmelo a mí misma. Nadie merece estar en una relación donde se va a sentir infeliz toda su vida, y aún así.. ¿No te estarás convenciendo de que esta pareja, como las anteriores, no es "la indicada”?. Cuando en realidad, la media naranja es un complemento de tus heridas emocionales no resueltas, y tus incapacidades no aceptadas, por lo que cada persona que comparte contigo la vida, es perfecta para el momento en el que te encuentras.
En ese caso, ya he cambiado de situación y de momento, y por tanto no ya no lo quiero en mi vida. Me dijo de manera cortante. Si esa es la decisión que te da más paz me alegro que así sea, le dije con un tono calmado. Hubo un silencio durante un par de minutos en los que estuvo pensando y negociando consigo misma que quería decir.
Y si quisiera hipotéticamente estar en calma conmigo misma sin enfocarme en la relación ¿Cuál sería la solución? Me preguntó.
Respondí... La forma de corregir este patrón es abrirte amable y lentamente a una relación segura. Lo ideal es que tus miedos e inseguridades se pongan sobre la mesa y se hablen abiertamente, para que la persona rechazada pueda responder de una manera apreciativa y dejes de sentir soledad en tu percepción de la situación.
Si se te resiste esa apertura, es probablemente porque quieres defenderte de una amenaza percibida porque te sientes desbalanceada. Es comprensible , vuelve al capítulo uno donde hablamos del autobalance, y trata de hacer los cambios necesario para que te encuentres plena, antes de seguir con estos ejercicios.
Las cosas no cambian de la noche a la mañana. Estos patrones de toda la vida toman tiempo para sanar. No huir requiere que esté dispuesto a arriesgarte a confiar en alguien y arriesgarme a experimentar intimidad en una relación. Se necesita consistencia a lo largo del tiempo para que el esfuerzo del proceso refleje el brillo del resultado.
Intimidad constante en una relación:
En la otra cara de esta moneda, está Roció, la persona "necesitada" que quiere amor desesperadamente, pero nunca se percibe lo suficientemente como para permitir que alguien la ame de verdad.
Cualquier distancia en la relación provoca pensamientos dolorosos relacionados con engañado o abandonado.
Para calmar ese dolor, la Rocío, que desarrollo en su infancia un apego ansioso, tiene tendencia a llenar este vacío con mensajes de texto, llamadas y todo lo que pueda darle ese placebo de tranquilidad que necesita.
Debido a la herida emocional del abandono, Rocío llego a cambiar quién era con la esperanza de ser amada, sin saber que se estaba convirtiendo en alguien diferente a la persona de la que su pareja se enamoró. Por lo que en sesión decidí contarle uno de los cuentos de Jorge Bucay que ilustraba a mi parecer la situación que había vivido en su vida.
Cuento de Jorge Bucay:
Mi camino es una ruta con un solo carril: el mío. A mi izquierda, un muro eterno separa mi camino del camino de alguien que transita a mi lado, al otro lado del muro. De vez en cuando, en este muro encuentro un agujero, una ventana, una hendidura… Y puedo mirar hacia el camino de mi vecino o vecina. Un día, mientras camino, me parece ver, al otro lado del muro, una figura que transita a mi ritmo, en mi misma dirección.
Miro esa figura: es una mujer. Es hermosa.
Ella también me ve. Me mira.
La vuelvo a mirar.
Le sonrío… Me sonríe.
Un momento después, ella sigue su camino y yo apuro el paso porque espero ansiosamente otra oportunidad para cruzarme con esa mujer. En la siguiente ventana, me detengo un minuto. Cuando ella llega, nos miramos a través de la ventana. Le digo con señas lo mucho que me gusta. Me contesta con señas. No sé si significan lo mismo que las mías, pero intuyo que ella entiende
lo que quiero decirle.
Siento que me quedaría un largo rato mirándola y dejándome mirar, pero sé que mi camino continúa… Me digo que, quizá, más adelante en el camino habrá seguramente una puerta. Y a lo mejor yo puedo cruzarla para encontrarme con ella. Nada da más certeza que el deseo, así que me apuro para encontrar la puerta que imagino.
Empiezo a correr con la vista clavada en el muro.
Un poco más adelante, la puerta aparece.
Allí está, al otro lado, a mi ahora deseada llamada compañera. Esperando… Esperándome… Le hago un gesto. Ella me devuelve un beso en el aire.
Me hace una seña como llamándome. Es todo lo que necesito. Avanzo contra la puerta para reunirme con ella, a su lado del muro. La puerta es muy estrecha. Paso una mano, paso el hombro, hundo un poco el estómago, me retuerzo un poquito sobre mí mismo, casi consigo pasar mi cabeza…
Pero mi oreja derecha se queda atascada.
Empujo.
No hay forma. No pasa. Y no puedo usar mi mano para retorcerla, porque no podría poner ni un dedo allí… No hay espacio suficiente para pasar con mi oreja, así que tomo una decisión… (Porque mi amada está allí, y me espera).
(Porque es la mujer con la que siempre soñé y me está llamando…)
Saco una navaja de mi bolsillo y, de un solo tajo rápido, me atrevo a darme un corte en la oreja para que mi cabeza pase por la puerta.
Y lo consigo: mi cabeza consigue pasar. Pero, después de mi cabeza, veo que es mi hombro el que queda atrapado.
La puerta no tiene la forma de mi cuerpo. Hago fuerza, pero no hay remedio. Mi mano y mi cuerpo han pasado, pero mi otro hombro y mi otro brazo no pasan… Ya nada me importa, así que… Retrocedo, y sin pensar en las consecuencias, tomo impulso y fuerzo mi paso por la puerta.
Al hacerlo, el golpe desarticula mi hombro y el brazo queda colgado, como sin vida. Pero ahora, afortunadamente, en una posición tal que puedo atravesar la puerta… Ya casi estoy al otro lado.
Justo cuando estoy a punto de terminar de pasar por la hendidura, me doy cuenta de que mi pie derecho se ha quedado enganchado al otro lado. Por mucho que me esfuerzo, no consigo pasar. No hay forma. La puerta es demasiado angosta para que mi cuerpo entero pase por ella.
Demasiado angosta: no pasan mis dos pies…
No lo dudo. Estoy ya casi al alcance de mi amada.
No puedo echarme atrás… Así que, agarro el hacha y, apretando los dientes, doy el golpe y desprendo la pierna.
Ensangrentado, al saltos, apoyado en el hacha y con el brazo desarticulado, con una oreja y una pierna menos, me encuentro con mi amada.
Aquí estoy. Por fin he pasado. Me miraste, te miré, me enamoré. He pagado todos los precios por ti. Todo vale en la guerra y en el amor. No importan los sacrificios. Valía la pena si eran para encontrarme contigo, para poder seguir juntos… Juntos para siempre…
Ella me mira mientras se le escapa una mueca.
Así no, así no quiero… A mí me gustabas cuando estabas entero... Fin.
Como constante amante de la intimidad, mi armadura son los esfuerzos exhaustivos que hago para ser amado. Este patrón a menudo nace en la infancia.
Cuando era niño, recuerdo haber crecido con la percepción de que tenía que ganarme el amor, cuando le decía a mi padre que lo quería mucho, escuchaba una respuesta programada a esa frase “el movimiento se demuestra andando”.
A medida que crecía, sentí que tenía que hacer un esfuerzo inmenso para demostrar que era digno de amor y afecto. Mentalidad que pude cambiar ya en mi vida adulta, no sin antes darme de bruces cientos de veces por tener un sistema inconsciente mal configurado.
Cuando llegué a la edad adulta, al recibir cariño y amor sin ganármelo, no lo valoré, de hecho me sentía incomodo al escuchar cumplidos o piropos, porque era algo a lo que no estaba acostumbrado.
Como me sentía atraído inconscientemente a aquello en lo que me requería esfuerzo emocional, elegía personas en mi vida que no estaban emocionalmente disponibles. 🚫
💁♂️ Así tenía la oportunidad de recrear en mi edad adulta la dinámica que había vivido tantas veces de chico. Cuando trataba de ganarme a cualquier precio la aceptación, afecto y amor de mis padres. 💞 Que maravillosa es la vida al repetirme esa lección tantas veces hasta que logre leer entre líneas lo que me estaba diciendo. 👀
🎯 Si alguien entraba en mi vida, y su corazón me lo ganaba sin que me pusiese a prueba a mí mismo, no confiaba. Su amor era demasiado fácil de ganar, por lo que o no lo valoraba, o no era capaz de percibir el cariño porque no estaba capacitado para reconocerlo. 😪
Es gracioso porque, quería desesperadamente lo que me estaban ofreciendo, pero como no había demostrado ser digno de ese cariño, me terminaba escabullendo, porque me estaba percibiendo un peligro irracional al creer que iba a tener que pagar un peaje antes o después del que me quería librar ¿podía estar más equivocado? 😳
Mi gran problema es que rechacé a cualquier persona que me ofreció abiertamente su amor y lealtad. Era mi manera de proteger mi corazón, porque cuando me sentía amado tal y como era venía acompañado de la sensación de no merecerlo. Esta experiencia personal, cada uno la ha vivido a su manera. Por lo que general existen dos tipos de personas: 💘 aquellas que dan su corazón porque están dispuestos y son capaces de darlo, y otras personas que por más que se lo ofrezcan no son capaces de percibirlo. (El apego que se desarrolla durante la infancia moldean los patrones de comportamiento que se utilizan en las relaciones adultas)
¿De dónde vienen estos patrones? 🤔
💔 Este patrón proviene de las heridas emocionales no resueltas. Cambiar el patrón requiere que experimentes la necesidad de actuar y desafiarte a ti mismo para resistir el impulso de hacer las cosas como siempre las has hecho. 💪
👫 Es importante que hables con tu pareja sobre tus miedos más profundos ¿Para qué? Pues para que los dos puedan crear rituales de conexión que les permitan experimentar la intimidad en una relación sin ganársela💞, además les servirá para identificar más claramente vuestros detonantes emocionales y buscar la manera de acompañaros cuando uno de los dos se sienta solo o desamparado. 😟
🧏♂️ Es vital que te hagas amiga de ti misma y hacer las cosas solo para lo demás. Con el tiempo dejarás el hábito de dejar tus metas y deseos en último lugar, y así, crear una relación basada en un balance individual y compartido. No será fácil, pero valdrá la pena.💪
Intimidad Constante y Distante:
👫 La pareja que se siente indigno de amor a menudo se enamorará de alguien que no está dispuesto a devolverle ese amor. 😵
👉 La consecuencia natural, es entran en una relación tóxica que solo refuercen las cicatrices de uno y de otro:
🔹 La pareja de intimidad distante aleja a la pareja de intimidad constante, quien luego se esfuerza más por ganarse el amor.
🔹 La pareja de intimidad distante los alejará aún más, poniendo la relación en una espiral de confusión, dolor y desconexión.
🔥 El camino es empatizar con los miedos más oscuros de cada uno y trabajar juntos para crear un lenguaje íntimo que genere vuestro propia identidad de amor que han estado buscando toda su vida. 💪
Hay un ejercicio que recomiendo a las parejas para fortalecer la intimidad emocional, que aprendí en un curso de autoconocimiento de una ONG cuyo nombre es “la llamada de la esperanza”.
Ejercicio:
👀 Mírense a los ojos dos minutos sin apartar la mirada. Está bien si les da por reírse, toser, murmurar, farfullar, inquietarse o mover el cuerpo, siempre y cuando hagas todo lo posible por mirar fijamente y con atención a los ojos de tu socio de vida y disfrutar de los momentos de quietud entre ustedes.👩❤️👨
👉 Luego, el orador hablara sobre lo que vio, experimentó y sintió. Esta actividad puede ser sorprendentemente intensa y aterradora, así que está bien decirlo abiertamente. ¿Qué se sintió aterrador? ¿Qué se sintió incómodo? ¿Sentiste algo que te sorprendiera? ¿Qué notaste en tu pareja que parecía nuevo o diferente?
Al final del tiempo del orador, el oyente le agradece. 🙏
Ejemplo:
👀 Orador: cuando te miré a los ojos, sentí una sacudida de energía en mi cuerpo. Me sentí nerviosa. Pensé "mi esposo es la persona que está enfrente de mí, no tengo que ponerme nerviosa". Percibí un poco de presión en el pecho, no se si fue ansiedad. Trate de no dejarme llevar por ese sentimiento, y me concentre en tu mirada, las arrugas bonitas que se te hacen al lado de los ojos, y me relajo, y experimente una sensación de agradecimiento. Me sentí bendecida de poder tenerte en mi vida.
🧏♂️Escuchador: Muchas gracias por tener la valentía de poder abrirte conmigo y darme la oportunidad de estar ahí para ti, y poder conocerte un poco mejor.