¡La historia de un

niño que quería

una familia sana!

Tal vez te preguntes quién es Chava Gutiérrez, o cuál es mi historia para haberme especializado en las relaciones, y más concretamente en temas de pareja, crianza consciente y familia. 

¡La historia de un

niño que quería

una familia sana!

Tal vez te preguntes quién es Chava Gutiérrez, o cuál es mi historia para haberme especializado en las relaciones, y más concretamente en temas de pareja, crianza consciente y familia.

terapeuta de parejas

Chava Gutiérrez

Eterno aprendiz, terapeuta y conferenciante.

Mi propósito es promulgar y democratizar la ciencia detrás de las relaciones sanas, para que la gente sea más feliz, y sufra menos.

Sevillano de cuna, enamorado de la cultura mexicana, lector empedernido y guionista de mi destino.

la universidad de las relaciones

Una caída tras otra...

Tengo que admitirte que en mi infancia, mi adolescencia, y parte de mi vida adulta, no me sentí, ni de cerca, un experto en las relaciones…


Me sentía de hecho muy identificado con Will Smith en la película Hitch, donde decía algo así como: “Algunas personas nacen sintiéndose cómodos con las relaciones. En la universidad yo no era uno de ellos, yo no tenía la comprensión que mis compañeros desarrollaron por intuición, pero al igual que cualquier alumno que empieza tarde, estaba ansioso por recuperar el tiempo perdido."


¿Os imagináis el resultado verdad? Seguramente ya lo has adivinado, una caída tras otra, cada una de ellas aún más estrepitosa, y al mismo tiempo una gran enseñanza, que a larga me han llevado a ser quien soy hoy en día.

Las estadísticas

El enamoramiento:

Había leído que el enamoramiento es una palabra que si la fragmentamos nos dice exactamente su significado “En amor (a) miento” ¿Por qué? Porque es un proceso químico que nos hace vender la mejor parte de nosotros mismo, y de querer ver lo mejor de la otra persona, mentimos, y nos auto mentimos por igual.


Todo esto no tendría mayor repercusión sino fuera porque el enamoramiento dura de media unos dos años, que es el tiempo promedio que tarda una pareja en pasar por el altar.


¿El resultado? Una tasa de divorcio de casi un 50%, y una sociedad donde cada vez existen más separaciones y menos casamientos, y yo tenía claro que no quería formar parte de esas estadísticas.

consejeros matrimoniales

La luna de miel

Mi mayor deseo...

Mi mayor deseo era, es y será tener una buena familia y mi mayor miedo no disfrutar de ella, así ya sea por un motivo o por otro, a base de insistencia conseguí convencer a mi esposa para que en la luna de miel a parte de llevarla a conocer Grecia (se llama también Grecia y me pareció romántico que lo conociese por primera vez conmigo), recorrer Italia, y visitar España, también acudiésemos a un curso de relaciones de parejas.


¡Fue un acierto! Lo pasamos muy bien, conectamos un montón, y nos conocimos aun más.

Lo malo vino cuando volvimos de la luna de miel y nos cambiamos de país...


Tuve que pasar un proceso migratorio para el que no estaba preparado, las promesas laborales que me habían realizado habían caído en saco roto, la ansiedad había encontrado en la comida un aliado por el que había engordado 15 kilos, apenas tenía amigos, y poco a poco me fui sumergiendo en una depresión, que me hizo estar mal en mi relación porque en realidad no existen los problemas de pareja, sino los problemas personales no resueltos que afectan a la pareja.


No sabía como salir de esta situación, así que me apalanque en las dos herramientas básicas que me han ayudado a salir de apuros en cualquier situación en mi vida, el deporte y la formación.

la psicóloga

La segunda ley de Newton:

Cuando analizaba mi matrimonio tenía muy claro la segunda ley de Newton en mi mente “la aceleración de un objeto es directamente proporcional a la suma de todas las fuerzas que actúan sobre él, e inversamente proporcional a la masa del objeto”. Dicho de otra forma "la campana no va a misa, pero avisa", y lo que no va a mejor, va a peor, por pura ley de la inercia.


¿Cómo apliqué esto en mi matrimonio? Contratando a una psicóloga de pareja mexicana casada con un español para que nos ayudará a resolver los problemas de pareja que teníamos pendientes por resolver, y acudiendo a más de seis cursos matrimoniales que nos fuimos encontrando por el camino.


Después de casi dos años con varias sesiones semanales, y varios cursos aprendimos a empatizar mucho más, a tener mejor escucha activa, a tener más consciencia, y más cosas que probablemente me deje por el camino, pero seguíamos sin resolver esos puntos importantes que nos causaban fricción.


Era como si tuviésemos que hacer un esfuerzo titánico para avanzar apenas unos centímetros.

Dando el gran salto

Terapeuta de parejas:

Cuando platicaba esa reflexión con un buen amigo mío me sacó a relucir la famosa frase de Einstein de “locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar obtener diferentes resultados


¿Qué me faltaba por hacer?

Desde mi punto de vista había hecho lo que podía y todo lo que sabía que podía hacer, así que no tenía más remedio que aprender más y mejor para poder hacer más y mejor. No había tenido la capacidad y el conocimiento para hacerlo, entonces se me ocurrió, si no tenía la inteligencia para saber cómo, iba a leer todos los estudios y libros que se pudiesen sobre el tema de las relaciones, y de una tacada me compré 30 libros en un arrebato de entrega e ilusión.

En el duodécimo libro, conocí el primer texto con una base científica para entender realmente cómo funcionan las relaciones. Gracias a ese libro, posteriormente me convertí en el primer español en completar los dos primeros niveles del Instituto Gottman. Después, realicé una maestría en terapia de parejas, un máster en desarrollo personal y un diplomado en retos y desafíos de la empresa familiar, porque entender cómo funcionan las relaciones pasó de ser mi mayor pesadilla a mi mayor talento. Tal vez por eso me defino como maestro de lo que más me costó aprender.


¿te sumas a tener una vida más consciente conmigo?

“la gente no hace lo mejor que puede, hacer lo mejor que sabe, porque cuando sabes más, puedes más”


— Chava Gutiérrez

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